Ahí estabas, en ése sueño de diminutos peces bioluminicentes y arenas blancas,
un rincón visible con las estrellas disueltas.
Tu silueta, bañada por los últimos fuegos del sol,
me invitaba a perderme en la sal de tus labios, con un dedo, tocaba la orilla de esa luz que derramaba tu mirada.
El rumor de tus caricias eran olas rompiendo lentas, desnudando cada rincón oculto bajo la mirada cómplice del cielo que se apagaba, mientras la noche prometía desatar todas las mareas contenidas en nuestros cuerpos,
en cada oleaje de tú aliento una tormenta.
Contigo, volar no es un verbo,
es la única física posible,
la geometría del caos que siempre nos encuentra.
Duermes y en el laberinto de mis sueños,
te encuentro, no como un destino, sino como la única brújula.
No hay vida sin este absurdo,
sin este instante donde lo imposible
se vuelve el único sitio donde habitar.
m.c.d.r
Hay una explosión
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Autor:
m.c.d.r (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 25 de septiembre de 2025 a las 23:46
- Categoría: Amor
- Lecturas: 3
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