Oye amor, te dedico el mar.

Mira, te haré una pregunta y una promesa,
aquí, frente al más grande testigo.
Prometo ser el único que te dé abrigo,
y espero tú me ayudes con eso, princesa.

No encuentro palabras para expresar lo que siento,
pero amo estar perdido en el sentimiento.
Porque es tanto, tantísimo, y me supera,
y de esta vida ya no soy un cualquiera.

Estando frente al mar confieso: no he dejado de amar
la forma en que te entregas sin pensar.
Me amas sin barreras y sin cuestionamientos,
así nuestro amor es una explosión de sentimientos.

Ante este ente, que de belleza tuya es semejante,
prometo entregarme a ti y ser tu único amante.
Te amaré con el alma entera y eternamente,
mi cuerpo no dudaré en entregarte.

¿Qué te puedo entregar más que esta pobre alma,
a este hombre que sin ti no tiene calma?
Sí, y mil veces sí, sin dudarlo soy todo de ti,
y espero me aceptes, porque yo ya me perdí.

Lo que te diré será un poco zafado,
y es que estoy tan enamorado.
Y como no pienso dejarte de amar,
no me queda más que preguntar:

¿Quieres acompañarme en mi destino?
¿Quieres ser quien guíe mi camino?
¿Quieres llenar mi vida de alegría?
¿Quieres ser la inspiración de mi poesía?