Tu nombre suena al canto de la brisa,
mi corazón al recordarlo avisa.
Eres la estrella pura en mi horizonte,
eres la luz que brota desde el monte.
Tus pasos son campanas en la aurora,
me anuncian siempre que la vida aflora.
Tus labios guardan toda la ternura,
son paz y son pasión que me asegura.
Eres farol que nunca se derrumba,
el alma en ti renace y se vislumbra.
Eres la voz que calma mis dolores,
y el fuego fiel que incendia mis amores.
Si miro al cielo, encuentro tu reflejo,
mi fe renace al contemplar tu espejo.
Tu risa es llave que abre mis heridas,
y en su fulgor despiertan nuevas vidas.
Tus manos pintan sueños en mi historia,
me dan del tiempo el don de la memoria.
En ti descubro toda la hermosura,
del bien más alto y de la fe más pura.
Tus ojos son mi puerto y mi destino,
mi paz, mi vuelo, mi razón, mi camino.
Eres la flor que nunca se marchita,
mi primavera clara y infinita.
Contigo siento que el dolor expira,
y en cada abrazo el mundo se retira.
Si el tiempo corre, tú lo haces eterno,
me das calor aún dentro del invierno.
Amarte es ver que todo tiene encanto,
y que en tus brazos no hay jamás quebranto.
Eres candil que alumbra mi sendero,
mi sol, mi fe, mi todo verdadero.
Y si la vida un día se apagara,
tu amor, radiante, siempre me alumbrara.
Eres la voz, la fuerza y la victoria,
la fe que vive y crece en mi memoria.
Eres milagro, cielo y alegría,
la luz sagrada que jamás se enfría.
Por ti mi canto nunca se termina,
mi amor por ti será verdad divina.
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Autor:
william .M (
Offline) - Publicado: 24 de septiembre de 2025 a las 13:47
- Categoría: Sin clasificar
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- Usuarios favoritos de este poema: ElidethAbreu

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