De Regreso a Ti

De Regreso a Ti

Tal vez no supe demostrar con fervor
todo el cariño que guardaba en mi interior,
y en los silencios que tejimos sin razón,
dejé que el ruido opacara nuestra canción,
olvidando que eras mi más bella visión.

No percibí la quietud de tu esperar,
ni las heridas que pude sanar,
cuando la noche se volvía soledad,
y mi orgullo no quiso ceder ni abrazar,
dejando crecer la sombra de la distancia.

Jamás expresé con claridad y voz
que eres el rumbo de mi propio corazón,
que en cada grieta y en cada resbalón
tu luz fue el faro que dio dirección,
y que sin ti no hay completo amanecer.

Hubo palabras que callé por temor,
y promesas que se llevó el viento de error,
gestos que quedaron atrapados en mi interior,
como un barco sin puerto en medio del dolor,
navegando en un mar de confusión.

Si en algún instante dudaste de mi fe,
si creíste que otro sol podría nacer,
comprende ahora que solo quiero volver,
a construir el mundo que juntos hemos de tener,
y en cada paso, por siempre te he de elegir.

Déjame probar con hechos y verdad
que este sentimiento no es vana lealtad,
que cada hora, cada minuto y realidad
serán dedicados a brindarte claridad,
y a sembrar en tu piel la felicidad.

Por cada risa que pudo ser y no fue,
por el tiempo que se perdió como un soplo,
hoy te ofrezco un jardín de amaneceres,
donde las dudas se conviertan en praderas,
y el ayer no sea más que un eco leve.

Eres el aire que mi pecho necesita,
la melodía que calma la noche,
la certeza que da sentido a cada vida,
y aunque mi torpeza fue grande y infinita,
nunca dejaste de ser mi estrella favorita.

—Luis Barreda/LAB