Tras un rubor más tierno que la sangre

Salvador Galindo

Tras un rubor más tierno que la sangre

Puedo ver tu transparencia

Ceder ante una mirada ebria, aguerrida

Delatándote jovial

Captando el instante en el cual permanezco

Guardián de tu vértigo radiante

Precipitado por ese caos que admiras

Y buscas dar a luz (en mí)

Aquel que nos ata como por capricho de alguna voluntad con nombre de Dios

alguna moraleja aprendida por defecto

O alguna electricidad inefable por profunda,

Barroca como un último silencio

Previo a unas palabras que, suicidas, intentan

Reproducir tus ansias de perderte, desarticulada,

En ese juego sordo llamado amor

Allí donde merecemos caer inenarrablemente

Sin garantías de acabar en llamas o en cenizas

Tanteando cada uno el ritmo, la asonancia,

Que nos precipite al borde del otro.

Dejemos ahora que estas pieles se enciendan, se arrojen

Mudando de cuerpo, rehuyendo la forma

Y que el olvido orqueste la combustión de nuestros caprichos.

Vivamos el divorcio del tiempo y de las cosas como si fuese posible volver

Consentidos, traviesos, más rojos que la sangre.

Solo una vez más, juguemos a ser el residuo y las venas del otro,

Ayúdame a encontrar al sátiro del bosque,

Ayúdame a sonreír la sonrisa más oscura

Y extraviemos el camino de regreso a ninguna parte

aquella naturaleza que escondes como rana al escorpión

Como si así fuese un placer menos culpable

Como si así fuese menos cómplice de tu remota felicidad

Yo, el más cándido

El más terco

El más enfermo de tus tesoros.

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Comentarios +

Comentarios1

  • Lualpri

    Gracias por compartir tus letras, poeta.
    Buen comienzo de semana.



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