Tu ego es un muro que no te deja ver,
tu amor propio, un reflejo roto en vidrio.
La realidad te queda chica, torcida;
te lo repites hasta creerlo.
Dices “siento mucho” como quien firma un cheque,
pero lo que llevas dentro es un hueco frío.
Un vacío que rellenas a costa de otros,
sin medir precio, sin mirar camino.
Te colocas máscaras para el mundo;
contigo mismo llevas la peor de todas.
¿Cómo no ver tu propio mapa en ruinas?
Te ahogas y arrastras para seguir respirando.
Ese aire robado no sabe durar;
no hay salvavidas eterno ni atajo seguro.
No eres invencible: tus mentiras, por muy dichas,
no se vuelven verdad aunque las repitas.
Y llegará un momento
no lo subestimes
en que te falte aliento y ruegues por aire.
No será tuyo, nunca lo fue;
en lo más hondo, cuando por fin lo veas,
recuerda: todo vuelve.
Todo duele, todo cobra.
Hijo de puta.
Avi-
-
Autor:
aviemas (
Offline)
- Publicado: 21 de septiembre de 2025 a las 08:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, Antonio Pais, Mauro Enrique Lopez Z., Lualpri
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.