En la ciudad, un laberinto de concreto,
donde el asfalto guarda secretos.
Cada grieta, una historia olvidada,
cada semáforo, una esperanza frustrada.
Los edificios, gigantes de cristal,
reflejan un cielo que no es real.
La gente camina, apurada y sola,
buscando un destino que se evapora.
Pero entre el ruido y la desazón,
hay un recuerdo, una dulce canción.
Un amor que floreció en primavera,
una promesa que el tiempo no borra,
un eco suave que persiste y espera.
Y en cada esquina, un fantasma del pasado,
una risa, un abrazo, un juramento alado.
Las calles grises se visten de memoria,
y el corazón palpita con renovada euforia.
Aunque la ciudad nos aprisione,
siempre habrá un rincón donde el alma resuene.
Un café, un libro, una mirada sincera,
para recordarnos que la vida es bella, aunque duela,
y que en cada paso, una nueva historia se revela.
La noche cae, y las luces se encienden,
como estrellas fugaces que nos trascienden.
En la inmensidad del asfalto frío,
encontramos calor en un amorío.
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Autor:
Kmony Quiñonez(monina) (
Offline)
- Publicado: 20 de septiembre de 2025 a las 10:56
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Antonio Pais, EmilianoDR, alicia perez hernandez, Lualpri
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