El Mar Se Ha Vuelto Villano

marco romero

I. 

Varsovia se balancea, péndulo de aire sin cuerpo,

y cuelga, sin aliento, del cuello de las estrellas,

vestidas de un rumor de rayas.

El mar, villano en la desnudez de un vientre azul,

traga el viento con la boca de un fantasma.

En el pellejo de un cielo sin nombre,

el aire se disuelve, con un hambre de metal.

 

II.

Un sol de hojalata se esparce, se pudre,

sobre los zapatos que olvidaron el suelo,

mientras las nubes beben, con la avidez de la tierra,

la lluvia que sangra de mis manos.

El verano ha resbalado de las ramas,

y en su lugar, el otoño

es una costra de hoja seca que se adhiere a la piel.

 

III.

En la barraca donde la muerte respira,

los rezos son silbidos de insectos,

el coro de almas sin boca

que se eleva y se deshace en el aire.

 

IV.

El viaje a Auschzwitz duró los quince días de una eternidad,

el temblor de un párpado o de un grito sin labio.

He caminado en la ceguera de la noche,

con los pies de un niño, de un anciano, de una mujer,

pies de nieve, de piedra y de lodo.

 

V.

La noche blanca nos llovió en el alma,

como un rocío de ceniza helada,

y el aire lloró nuestros cuerpos,

horneados, deshechos en la nada.

 

VI.

Mi nombre se ha disuelto

en la sangre que se escurre

sobre el filo de la zanja,

cuando la tarde, con la lengua roja y turbia,

viene a lamer el eco del último aliento.

 

m.c.d.r

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