EN EL CORAZÓN DE UNA GRAN FAMILIA

​En el corazón de una gran familia, donde la vida se teje con hilos de amor y recuerdos, se encuentran 16 almas unidas por el mismo lazo. En este Día del Amor y la Amistad, celebramos el don de ser hermanos, un vínculo inquebrantable que nos fue legado por nuestros padres.
​Su amor y dedicación nos moldearon, enseñándonos el valor de la unión, el respeto y la lealtad. Ellos nos mostraron que la verdadera fortaleza reside en apoyarnos mutuamente, en celebrar juntos las alegrías y en ser refugio en las tormentas.
​Recordamos con profundo cariño a los tres hermanos que partieron antes que nosotros, sus risas y su espíritu viven en cada uno de nuestros corazones. Honramos su memoria llevando su legado de amor y alegría.
​Que este día sea un recordatorio de la bendición que es tenernos. Gracias, hermanos, por cada momento compartido, por ser la prueba de que el amor familiar es el más puro y eterno.

​Oración por los Hermanos
​Padre Celestial, te damos gracias por el regalo de nuestra familia, por la vida que nos diste a través de nuestros padres. Gracias por el lazo sagrado que nos une como hermanos, un vínculo que ni el tiempo ni la distancia pueden romper.
​Te pedimos que bendigas a cada uno de mis hermanos, a los que están presentes y a los que ya nos cuidan desde el cielo. Que la unión que nuestros padres construyeron en nosotros nunca se desvanezca. Que el amor, la fe y la esperanza sigan siendo el pilar de nuestra hermandad.
​A nuestros padres, que con tanto amor nos dieron la vida y nos educaron con valores, les agradecemos desde lo más profundo del corazón. Que su memoria y su legado de amor perduren por siempre en nosotros.
​Amén.