Promesa, Memoria y Duelo

(Letras íntimas sobre embarazo, pérdida y duelo)

Promesa (embarazo)

Una chispa se encendía
bajo el silencio del vientre,
como un candil transparente
alumbrando la alegría.

Era un rumor todavía,
una semilla inocente,
el milagro, dulcemente,
respirando en lejanía.

Se abría el mundo en mis manos,
florecía la esperanza,
cambiaba el aire temprano.

Pero en su raíz temprana
quedó la vida en balanza,
sin poder seguir su canto.

Ruptura (pérdida)
Cayó la luz sin aviso,
como tormenta en la piel,
quedó vacío el laurel,
se borró el sueño conciso.

El dolor fue precipicio,
una grieta cruel, sin miel,
un silencio tan brutal
que quebraba el paraíso.

Nadie sabe de esta herida,
nadie escucha lo que lloro,
nadie entiende la caída.

Sólo yo guardo el desvelo,
sólo yo cargo este duelo,
sólo yo pierdo esta vida.

Memoria (duelo)
Sobre la piel, la línea blanca
queda el recuerdo tatuado
un destino interrumpido
un amor que no se apaga.

No hay canción que lo levante
ni palabra que lo salve
pero en el aire persiste
la ternura no entregada.

Hijo ausente, sombra mía
te guardo en cada latido
te nombro en cada poesía.

Y aunque el mundo no lo vea
serás siempre lo perdido
serás siempre lo que queda.