Dunia de los Ángeles, luz sagrada y pura,
no eres senda ni viaje, sino la finura
del alma que halla en ti su eterno reposo,
un puerto donde el sol funde su abrazo hermoso.No es camino lo que hallé en tu mirada,
es el último verso de mi jornada,
la tierra prometida que sin buscar hallé,
donde la luz del día por siempre encontré.Mi vida fue odisea de noches y sombras,
un mar de enigmas que nunca se nombran;
pero tú, llama viva, fuego sin medida,
arrancaste la oscuridad de mi vida.Antes de ti, era brújula sin norte,
corazón extraviado, errante sin soporte.
Buscaba en el viento un eco silencioso,
solo hallé vacíos, un tiempo penumbroso.Tu llegada fue decreto de estrellas divinas,
el destino sellado en antiguas esquinas.
Tu risa, la música que el alma clamaba,
y en tus ojos, la paz que mi ser esperaba.Tus brazos, santuario donde el tiempo cesa,
refugio donde el dolor pierde su tristeza.
En ese abrazo se detiene el mundo,
se calma la tormenta, el amor es profundo.Dunia, faro y oasis, mi guía leal,
manantial de vida y luz celestial.
No hay viaje tan dulce como a tu lado estar,
ni paisaje tan bello como tu respirar.Cada instante contigo es verso sagrado,
un poema épico de amor entregado.
En el mapa del alma solo hay un lugar:
el dulce refugio donde quiero anclar.En tus brazos, mi rumbo, mi fuego, mi sol,
mi destino eterno, mi faro y mi farol.
Dunia de los Ángeles, mi amor sin medida,
tú eres principio divino y fin de mi vida.
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Autor:
Edgardo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 17 de septiembre de 2025 a las 08:11
- Categoría: Amor
- Lecturas: 2
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