En lo más profundo de mi noche,
cuando los miedos me envuelven y la ansiedad me arrastra,
cierro los ojos y escucho mi corazón,
ese viejo guerrero que nunca ha dejado de latir.
He caído mil veces, he sangrado en silencio,
he sentido el peso de mis sombras aplastándome,
y aun así, mis manos temblorosas se aferran
a la vida, al hilo invisible que me sostiene.
No hay fuerza más pura que levantarse
cuando todo dentro grita rendición;
no hay victoria más verdadera que caminar
cuando el alma parece quebrada.
Mis cicatrices no son heridas, son medallas,
mapas de un viaje donde la tormenta enseñó a volar.
Cada lágrima, cada temor, cada duda vencida,
es fuego que transforma mi miedo en luz.
Resiliencia no es ignorar el dolor,
es mirarlo a los ojos, sentirlo y decir:
“Puedes estar aquí, pero yo sigo,
y mi espíritu será más fuerte que tu sombra”.
Hoy celebro cada respiro,
cada amanecer, cada instante que me recuerda:
soy más que mis temores, más que mis dudas,
soy un corazón que aprendió a renacer una y otra vez.
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Autor:
Daniii (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 16 de septiembre de 2025 a las 06:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 0
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