Versos al Cielo para Florencia

EDGARDO

En la brisa, el catorce nos visita,

Florencia, tu nombre es melodía,

con el alma, esta fecha se repite,

y el amor que sembraste es poesía.

El corazón de Dunia te palpita,

con un "mamita" que no olvida el día.

Tu lucha, tu sonrisa, tu mirada,

en cada recuerdo, está grabada.

Mamita, tu abrazo fue un hogar,

refugio donde el miedo no cabía,

faro que supo siempre guiar,

con ternura que el alma nutría.

En cada paso que supiste dar,

tu fuerza la familia sentía,

con el alma dispuesta a luchar,

y el amor que nada podría quebrar.

Amiga leal, de risa sincera,

compañera de vida en el camino,

tu alma bondadosa y duradera,

tejió con hilos un destino.

La enfermedad, la adversidad severa,

no opacó tu espíritu genuino,

tu fe, tu esperanza verdadera,

iluminó cada paso peregrino.

Esposa fiel, amor sin igual,

compartiste penas, compartiste gozo,

sembraste en el hogar un rosal,

con perfume de un amor hermoso.

Fuiste en el alma, el ideal,

tu amor un tesoro valioso,

un legado que siempre es vital,

y en cada corazón, eres un pozo.

Tu fuerza, mamita, fue un escudo,

protector de la familia entera,

no hubo dolor, no hubo nudo,

que tu amor no resolviera.

Luchaste con valor, sin dudar,

para que nadie más sufriera,

con el alma dispuesta a brindar,

tu vida, por quien más quisieras.

El cielo se ha ganado una estrella,

la más brillante, la más pura,

el eco de tu voz, tu huella,

es un amor que siempre perdura.

Te imagino en un lugar de belleza,

sin penas, sin dolor, sin amargura,

cuidando de nosotros con la certeza,

de un amor que siempre madura.

Florencia, tu recuerdo es un jardín,

donde florecen las más bellas flores,

tu amor no tiene un fin,

ni olvida los viejos amores.

Desde el cielo eres un serafín,

que nos colma de mil favores,

con el alma sin un querubín,

y el corazón sin dolores.

Tu cumpleaños, un día de luz,

un puente que une dos mundos,

tu espíritu es nuestra cruz,

tus besos, tus abrazos profundos.

Florencia, eres mi luz,

la guía de mis vagabundos,

con el alma que es un capuz,

y el corazón que eres de los profundos.

Que este poema sea un consuelo y un hermoso tributo a la memoria de una madre amorosa y luchadora ,Florencia. Su amor y su legado siempre vivirán en sus corazones.

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  • Autor: Edgardo (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 15 de septiembre de 2025 a las 08:06
  • Categoría: Espiritual
  • Lecturas: 1
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