Soneto de mi amor, para mi alma.

Me dice “amor”, y el mundo se detiene,

su voz me llega como brisa en flor,

yo soy su verso, su poeta, su ardor,

y en su mirada mi raíz se sostiene.

Nos une el canto que en la tierra viene,

la savia antigua, el temblor interior,

palabras dulces, cargadas de fulgor,

que por WhatsApp la distancia contiene.

Ella trabaja, y el reloj la aprieta,

más en sus pausas florece mi nombre,

como un suspiro que la vida interpreta.

Y yo le escribo, y mi alma se asombre,

dos corazones, una sola libreta,

donde el amor se escribe y se renombre.