Estoy cansado
de cargar con la cobardía.
No poder decir lo que siento
es la agonía de cada día.
Me ofrecés tu apoyo,
tu hombro para llorar.
Yo lo rechazo por miedo
a que me dejes al verme mal.
No sé si soy un idiota,
o si arrastro algún trauma.
Me das confianza,
me jurás que no escaparás,
pero mi voz interna susurra:
“tarde o temprano se irá”.
¿Cómo decirte
que esto ya es obsesión?
No quiero asustarte.
Solo quiero sanar,
vivir mi vida,
sonreír sin pensarte.
Quiero seguir adelante,
pero algo en vos
no me permite soltarme.
Tu distancia me hiere,
tu indiferencia me quiebra.
Pero más me lastima tu cariño,
porque me recuerda
que yo soy el problema.
Intento ignorarte,
hacerte a un lado,
pero llega otro mensaje
y pienso:
“puedo ignorarla más tarde”.
Nunca hubo un nosotros.
Nunca lo habrá.
Aun así idealizo el futuro:
una casa pequeña,
dos hijos,
el aroma de la comida
recién hecha en el hogar.
Este amor imposible
me mata lentamente,
como veneno que corre en la sangre.
Un veneno al que soy adicto…
y del que temo
nunca curarme.
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Autor:
S.A.D (
Offline)
- Publicado: 14 de septiembre de 2025 a las 00:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 0
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