Ella tenía diecisiete años,
cabello corto y oscuro
y alma apasionada.
Él tenía diecisiete años,
corazón puro
y mirada cansada.
Ellos aún no se conocían
pero se necesitaban.
Ella lucía una sonrisa
cada vez que lo veía.
Él ensayaba las palabras
por si se atrevía a hablarla.
Un día tuvieron agallas y
hubo más que solo miradas.
Ellos se acostumbraron
a la compañía del otro.
Ella tenía cultura,
buenas notas
y un futuro brillante.
Él tenía dulzura,
manos rotas
y trabajo hasta tarde.
Ellos venían de distintos mundos,
así que para ellos se hicieron uno.
Ella pensaba en él y en niños
al ver blancos vestidos.
Él pensaba en lo que no podía darle
al verla mirar los escaparates.
Un día, él susurró:
"Mereces a alguien mejor."
Y aunque ella se negó
y él lo lamentó,
se dijeron adiós.
Ellos se despidieron
con un doloroso silencio.
Ella se centró en sus estudios,
encontró un chico decente
y cumplió las expectativas de la gente.
Él hizo mil turnos extra
por falta de dinero,
por no poder sacarla de su cabeza.
Ellos, aunque lo quisieron ocultar,
nunca se habían podido superar.
Pasó el tiempo.
Él ganó un ascenso,
ella un prometido.
Y la vida siguió,
como si nunca
se hubieran conocido.
Ella tuvo un hijo
al que puso el nombre
de un amor antiguo.
Él, al fin, compró ese blanco vestido
y lo guardó, con cuidado,
pensando en lo que podría haber sido.
Ellos nunca se dejaron de amar
pero no fueron lo suficientemente valientes
para admitirlo.
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Autor:
Un atisbo (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 13 de septiembre de 2025 a las 18:00
- Comentario del autor sobre el poema: Una historia de amor que quizás sea completamente inventada o tal vez no... Aún me preguntó si sigue existiendo un "ellos".
- Categoría: Amor
- Lecturas: 1
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