En el teatro de sombras donde el vicio es rey,
Juliette, estrella oscura, traza su propia ley.
No busca la redención, ni el consuelo divino,
su paraíso es el infierno, su infierno es divino.
Entre orgías y excesos, su alma se revela,
un torbellino de deseos que la arrastra y la eleva.
La moral es un disfraz, la virtud una mentira,
Juliette se desnuda ante el mundo, sin ira.
Su cuerpo es un campo de batalla, un lienzo de placer,
donde cada cicatriz cuenta una historia que hace arder.
El dolor es su aliado, la lujuria su guía,
en su danza profana, desafía la hipocresía.
Oh, Juliette, musa de la transgresión,
un espejo que refleja nuestra propia perdición.
Que tu espíritu rebelde nos inspire a cuestionar,
las jaulas doradas que nos impiden volar. En la noche oscura del alma, Juliette emerge,
un faro de desafío en un mundo que converge.
No teme al pecado, ni a la moral impuesta,
su libertad es su credo, su alma es la orquesta.
En jardines de placer y vicios exquisitos,
despliega su ser, sin remordimientos ni gritos.
La virtud es una jaula, la inocencia una prisión,
Juliette rompe las cadenas, en total rebelión.
Su mente es un laberinto de ideas audaces,
donde la razón se enfrenta a las verdades feroces.
El dolor es un maestro, el placer un arte sublime,
en su danza macabra, desafía al destino que oprime.
Oh, Juliette, enigma de la existencia humana,
un grito de libertad en la noche profana.
Que tu espíritu indómito inspire la osadía,
de vivir sin miedos, en total autonomía.
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Autor:
Kmony Quiñonez(monina) (
Online)
- Publicado: 13 de septiembre de 2025 a las 01:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1
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