Qué hermoso jardín virginal,
que nadie nunca tomó,
donde crecen los manjares
más suculentos que la vida dio.
Un manantial puro brota del jardín,
allí germinan nuestros besos
en el huerto del Edén,
donde todo comenzó.
Creces como el fruto
cuando nacen las primeras flores,
y cada pétalo lleva tu risa
como luz que despierta mi corazón.
Nuestro amor florece en primavera,
y en invierno
la hoguera de nuestra pasión se enciende.
Al sentir tu aliento en mí
recibo tu calor,
abrigo tierno de este sentir.
Cada estación guarda su memoria:
el otoño trajo un saber,
el eco dulce de lo que nuestro amor dio.
Ya no eres pura, ni virginal,
pero aún eres
como aquel primer día
de nuestro encuentro secreto.
Y no dejo de amarte
con la misma intensidad
que me regalaste
en ese instante eterno
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Autor:
Wuiliam (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 12 de septiembre de 2025 a las 20:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: jesus alberto porras
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