La Jaula Invisible

Kamar Oruga

El vacío que habito me llama.
Voy por estos días desnudo de silencio, orbitando las cenizas luminosas,
incendiando las palabras de papel crucificadas en mi garganta.
Las profecías del insomnio envenenan al silencioso viajero,
al morador de tierras ajenas.
Los animales terrenales simulan un gesto de existencia,
y las hojas con el viento nombran todo instante de desvanecimiento.
Se abrió el sueño de la distancia y el verde fulgor se hizo eco en un instante.
La noche poética me cubre de estrellas.
El vacío vaga en mis sueños primitivos.
El otro que vive en mí me espía silencioso.
Soy el guardián de un mundo inexistente.                                            Ansío el despertar de mis sentidos.
Alguna noche no tan lejana aprenderé a morir.

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