La Huella de Sangre en mi Cuerpo
¡Oh, la virgen sangró de dolor!,
dejando la huella de sangre en mi cuerpo,
la caricia de tu desnudez en un sólo tiempo,
dejando inerte a mis solos sentidos,
de oír, gusto, vista, tacto y olfato,
y quizás me dejaste solo y abandonado,
cuando tu cuerpo sangró de sangre virginal,
y el pecado es tentar cuando condenas a mi alma,
con el ritmo de tu cuerpo virginal,
y la huella de sangre en mi cuerpo quedó cálido,
como una sorpresa que me dejó absorto,
cuando se absuelve el dolor,
pero, la sangre, ¡ay, de la sangre de tu cuerpo virginal!,
quedó como el color escarlata o el carmesí,
o del flavo color del cielo en el ocaso,
sólo presentí la fuerza con que te penetré,
en tu sólo cuerpo con la misma fuerza que hoy me lanza,
amarte a tí con el mismo dolor que hoy dejas en mí,
pero, sólo es la huella de sangre en mi cuerpo,
que hoy dejas porque yo te amé así…
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez
Seudónimo: EMYZAG
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Autor:
EMYZAG (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 12 de septiembre de 2025 a las 00:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: ElidethAbreu, El Hombre de la Rosa, JUSTO ALDÚ
Comentarios1
Genial y hermoso versar estimada poetisa y amiga Emyzag
Saludos de Críspulo desde Torrelavega
El Hombre de la Rosa t
Gracias amigo poeta... Saludos...
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