Te equivocaste;
la sangre no es azul.
Te equivocaste;
la muerte es también luz.
Jugamos siempre
a ser dioses nuevos,
pero en el fondo,
somos solo fantasmas viejos.
Fantasmas viejos...
Me equivoqué;
el fuego no es brillante.
Me equivoqué;
la vida no es negra.
Traemos siempre
amuletos caros,
vestidos nuevos
y joyas de ensueño.
La sangre sigue brotando...
Acertamos;
el tiempo es fugaz.
Acertamos;
el dolor es vital.
Pero solo yo
tuve el valor
de morirme bajo
este gran calor.
Ahora soy otro heraldo...
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Autor:
Rosendo Ruiz (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 10 de septiembre de 2025 a las 16:20
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Fabio de Cabrales
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