Paisaje onírico
En las profundidades del Bosque Azul, donde las ramas de los árboles de amatista tañen sinfonías que solo el fino viento percibe y esparce, vivían los gnomos de cuerpos traslúcidos. Sus capirotes rojos y puntiagudos se mezclaban con el color turquesa del cielo, con las nubes azules que flotaban como barcos silenciosos sobre una alfombra acolchada de sonrisas de frescas hierbas.
Cerca de allí, en la orilla de un apacible lago rosa, las hadas jugaban y saltaban entre los nenúfares de terciopelo azul. De sus alas, tan delicadas como los copos de la nieve al caer, se desprendían diminutos puntos de luz, creando remolinos de fuegos fatuos en el aire que luego se zambullían en las perfumadas aguas. Sus risas resonaban como el tintineo de las pequeñas campanillas malvas que adornaban las frondosas riberas de los riachos.
Los gnomos, con sus barbas de musgo dorado, se aventuraban a corretear por los claros alfombrados de tréboles escarlata. Se arremangaban sus ropajes, listos para cocinar un festín de manjares de mieles iridiscentes y algodones de azúcar multicolores. Mientras, en silencio, sobre la tierra vaporosa, caía una lluvia de finas y diminutas perlas amarillas. Era un regalo de luces para todo las criaturas que vivían en la floresta. Los gnomos se apresuraban a recogerlas para hacer mermeladas de sueños que removían lentamente en los grandes calderos que solían usar para cocinar sus ancestrales pociones.
De pronto, un orbe esmeralda gigante apareció en el cielo, inundando el mundo con una luz de reflejos nacarados que llenaba el lugar de calma acogedora.
Los tréboles gigantes, rojos como suaves amapolas, cubrían el suelo, e invitaban a bailar con los pies descalzos. Los gnomos sintieron una necesidad irrefrenable de danzar y alabar el majestuoso espíritu del agradable nuevo día.
Al otro lado de la floresta, lindando con la pradera de blanco algodón, un arcoíris de caramelo se desplegó en un inmenso abanico de tules resplandecientes. Los ríos de diamantes rosas fluían juguetones, reverberando una melodía líquida que deleitaba a todos los oídos. Una bandada de flamencos de cristal, frágiles y luminosos, surcaba el aire con sus alas transparentes, expandiendo nuevos tonos jaspeados y vistosos destellos en el ambiente de aquel decorado de óleos de ensueño.
Las hadas, sintiendo la benévola energía crecer en su ánimo vital, iniciaron un baile de artísticas coreografías de vapor, flotando sobre olas de sedas ligeras. Un viento con aroma a menta fresca soplaba tenuemente, moviendo la arboleda y levantando las hojas policromadas del suelo ocre, elevándolas hacia el cielo decorado con sutiles nubes de algodón.
Gnomos y hadas se tomaron de las manos, uniendo su alegría a ese feliz escenario, para bailar en corro alrededor de una hoguera de nieve y estrellas.
El sol esmeralda se posó sobre las copas de los árboles, tañendo acordes de pentagramas de ilusión, mientras que los ríos de diamantes fluían plácidos entre los abedules morados. La arboleda se llenó de arpegios circulares, de sonidos hipnóticos, de brillos y colores en una amalgama de luminiscencias celestiales. La felicidad colmaba cada rincón de esta naturaleza pletórica de fantasía.
Y, en ese día de sinfonías y aleluyas, la magia creó un maravilloso universo nuevo.
*Autores: Nelaery y Salva Carrion
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Autor:
Nelaery (
Offline)
- Publicado: 9 de septiembre de 2025 a las 12:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Hernán J. Moreyra, Nelaery, Emilia🦋, Tommy Duque
Comentarios3
Felicitaciones para ambos!
Gracias por vuestras letras.
Tengan un maravilloso día!
Muchas vracias a ti por leerlo y por tus felicitaciones, Lualpri.
Que tengas un maravilloso día tú también.
Saludos.
Gracias, poeta!
😊🤗
Hola estimada Nelaery, ¡que hermoso poema fántastico! Lleno de magia y épica y bellas imágenes. Gracias por compartirlo poetisa, un abrazo fraterno
Muchas gracias a ti.
De vez en cuando, nos damos un paseo por la fantasía.
Un abrazo fraterno.
Si los sueños fueran realidad
viviriamos un mundo de maravilla
con colores, aromas y belleza sin uigual
Bonitos versos amiga
Con cariño
JAVIER
A veces, es necesario recurrir al color y la fantasía.
Muchas gracias por tu comentario, poeta Javier.
Con cariño, también.
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