Amor Eterno

Amor

Sabías que te quería,
pero te fuiste,
hundiéndome en el pozo
de tus desgracias,
de tus desamores,
de tus tragedias.

Te fuiste en silencio,
con el peso de saber
que al despertar tu lado de la cama estaría vacío.
Pero yo ya lo sentía
antes de que te marcharas.

Tu voz, tu mirada,
eran un filo que me cortaba,
me hacían sangrar
hasta perder la esperanza
de que algún día cambiarías.

Salía descalza en la noche
a sentarme en nuestro viejo porche,
polvoriento, desgastado,
que parecía hablarme,
que me suplicaba tu regreso.

Pero no pasaba.
Huías de mí,
como si escapar te hiciera fuerte
y no un mártir
doblegado a una presencia
que ya no te causaba nada.

No sé por qué te escribo.
Ya van veinte años,
y más de mil cartas sin respuesta.

No sé si estás muerto,
o si llevas el pelo blanco
como te imaginaba
cuando nos casamos
y juramos amor eterno.

Sigo respirando por ti.
Tú eres aún mi aire,
mi latido,
mi todo.

-S.S