MERCEDES, LA PERLA DEL PUEBLO

JUSTO ALDÚ

A Pilar Luna, la perla de su pueblo

 

Mercedes nació bajo el murmullo de un río que parecía cantar su nombre desde siempre. Sus primeros pasos resonaron en la tierra húmeda del patio de su abuela, una mujer de manos ásperas y corazón luminoso, conocida por todos como “la generosa”. La anciana compartía pan con los que no tenían y consejos con los que andaban extraviados. Fue ella quien enseñó a Mercedes a mirar el mundo con los ojos del alma, a reconocer en cada árbol un guardián, en cada ave un mensajero, y en cada piedra el eco de los antiguos.

 

La niña creció entre cuentos de fogón y tardes de lluvia que olían a café recién colado. Su pueblo, pequeño y humilde, era un abrazo de montañas y sembradíos, donde la vida parecía girar lentamente, como un molino cansado pero constante. Allí aprendió Mercedes que la verdadera riqueza no se mide en monedas, sino en la gratitud de los vecinos, en la pureza del agua que corre libre y en la sombra fresca de los árboles que dan sin pedir nada.

 

Con los años, la muchacha partió hacia la ciudad. Muchos decían que no volvería, que las luces y el bullicio la devorarían como a tantos otros. Pero Mercedes llevaba en la piel el tatuaje invisible del terruño: el aroma del maíz recién cosechado, la voz dulce de su abuela, el rumor de las campanas que cada domingo reunían al pueblo. Estudió Derecho, y como quien sigue un destino escrito en la savia de los árboles, escogió la senda del Derecho ambiental. Allí encontró palabras técnicas para lo que ya intuía desde niña: que la naturaleza no es un recurso, sino un hogar.

 

Cuando regresó, el pueblo entero la recibió como se recibe a una hija pródiga. Había cambiado: sus gestos eran más seguros, sus palabras más firmes, pero en sus ojos seguía brillando la inocencia de la niña que recogía flores en el patio. Los hombres la miraban con un asombro que rozaba la devoción: su belleza parecía labrada por el mismo río, pulida como una perla escondida en la concha de la vida. Pronto comenzaron las bromas, los piropos, las confesiones disfrazadas de cortesía. “La perla del pueblo”, le decían entre risas y admiración.

Pero Mercedes no tenía prisa. Sonreía, agradecía, y continuaba su camino. Su corazón latía por otra causa: quería defender las montañas que le habían visto crecer, los ríos que ahora estaban amenazados por proyectos voraces, los bosques que respiraban cada amanecer. Comprendía que amar a su pueblo no era solo quererlo, sino protegerlo. Por eso, cuando la comunidad la eligió como concejal, no fue sorpresa: todos sabían que su voz era firme como una campana y clara como el agua que corría entre las piedras.

 

Desde entonces, Mercedes se convirtió en guardiana y faro. En las reuniones hablaba con una calma que imponía respeto; sabía escuchar al anciano agricultor que temía por sus cosechas y también al joven que soñaba con un futuro distinto. No buscaba un trono ni un aplauso, sino justicia. Su abuela, ya anciana y cansada, la miraba con orgullo desde el balcón, convencida de que la semilla de generosidad había florecido en grandeza.

Y mientras los pretendientes seguían tejiendo ilusiones a su alrededor, Mercedes sonreía sin apuro. Sabía que el amor, si había de llegar, llegaría como llegan las lluvias verdaderas: sin forzar, sin engañar, bendiciendo la tierra sin arrasarla. Por ahora, su destino era otro: cuidar de su gente, defender al río, sostener con dignidad la herencia de su abuela.

 

Por eso, cuando se habla de Mercedes en el pueblo, no se menciona solo su hermosura. Se la recuerda como la muchacha que volvió con un título bajo el brazo, pero con el corazón intacto; como la perla que, en lugar de quedarse dormida en el cofre de la admiración, eligió brillar en la lucha por lo justo. Y así, cada vez que el río canta al anochecer, parece decir su nombre, recordando que hay perlas que no se encuentran en los mares, sino en los pueblos que saben parir hijas de esperanza.

 

JUSTO ALDÚ © Derechos reservados 2025

 

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Comentarios +

Comentarios10

  • Lualpri

    Buenas noches Justo.
    Gracias por el aporte cotidiano de tus letras.
    Un abrazo y muy buen fin de semana.

    • JUSTO ALDÚ

      Gracias Luis, como siempre en mis letras dejando tu huella amigo,

      Saludos

    • Rafael Escobar

      Magnífico homenaje a la perseverancia y al deseo de salir adelante. Me fascinó tu heroico cierre: "Recordando que hay perlas que no se encuentran en los mares; si no en los pueblos que saben parir hijas de esperanza" Mi felicitación llega a ti con mi fraternal abrazo y mi leal aprecio a tu noble amistad.

      • JUSTO ALDÚ

        Muchas gracias Rafael por tu lectura y comentario en este relato dedicado a la compañera PILAR,
        Saludos

      • El Hombre de la Rosa

        Precioso tu genial prosa literaria estimado poeta y amigo Justo Aldú
        Saludos afectuosos desde Torrelavega
        El Hombre de la Rosa

        • JUSTO ALDÚ

          Gracias Críspulo por tu visita y comentario , saludos,

        • Mª Pilar Luna Calvo

          Gracias Justo, te agradezco el texto, en superlativo, que una persona como tú me tenga en estima es un honor, pero me has idealizado un poco, aquí no les caigo tan bien a todos, hace 5 años que soy Juez de Paz y ni una vez me han invitado a la comida de Navidad del Ayuntamiento, que era tradición que fuera el Juez municipal, ni a la despedidad del Secretario que llevaba 35 años en el pueblo. Me vine al pueblo por un trabajo en el juzgado del pueblo de al lado y me quedé, algo hice bien, cuando fui Priora de la Cofradía levanté la ermita que se había derruido. En fin, yo hago lo que puedo, aunque no les guste a todos. Te agradezco este bello texto, un abrazo.

          • JUSTO ALDÚ

            Gracias a ti por tus palabras tan sinceras. Te aseguro que mi estima es real y no necesita adornos: viene de reconocer la entrega que pones en tu labor y en tu vida. Que algunos no lo vean o no lo valoren como debieran, no resta mérito a lo que has hecho ni a la huella que has dejado —desde tu función como Juez de Paz hasta la ermita que levantaste con tus manos y tu fe. A veces la luz incomoda, pero sigue siendo luz. Tal y como dice el refran latino DURA LEX SED LEX ya que subraya la obligación de obedecer y aplicar las leyes, incluso si resultan onerosas o severas en casos particulares, ya que su cumplimiento beneficia a la comunidad y garantiza la igualdad. Yo lo celebro y lo agradezco. Un abrazo grande, con toda mi admiración.

          • Nelaery

            Es un relato precioso
            Mercedes era una mujer auténtica que vivía con el alma. Llevaba a su pueblo en el alma y leía el alma de otros.
            Y, como todas las personsas como ella, era generosa con su tiempo, con su empatía.
            Era, además humilde.
            Amaba su pueblo y se dedicó a él y a su gente.
            Ojalá hubiera muchas personas como ella.
            Muchas gracias por compartirlo, poeta Justo.
            Saludos.

            • JUSTO ALDÚ

              Gracias Nelaery por leer y comentar el relato que quise compartir, Te aseguro que las hay, quiza no sean bien reconocidas, pero las hay,
              También creo que es un ejemplo a seguir en este mundo tan convulsionado y lleno de envidias malintencionadas,
              Otra enseñanza que lleva implicito el relato es la figura de la abuela generosa que transmite sus sentimientos como herencia a su nieta Mercedes,
              Eso nos muestra el valor del ejemplo en la formación de un niño (a), es imprescindible,

              Saludos

              • Nelaery

                Totalmente imprescindible el ejemplo de la familia para la formación de los niños y jòvenes.
                Saludos.

              • Alexandra I

                Bellissimo relato, con un profundo mensaje, gracias por compartir, siempre un placer leerle.

                Un saludo cordial, feliz dia, Alex.

                • JUSTO ALDÚ

                  Esa es la idea mi estimada, compartir lo que hacemos y disfrutar lo que nos gusta,
                  Te agradezco tu visita y comentario,

                  Saludos,

                • Mirta Elena Tessio

                  Buen sábado Justo, estoy aquí leyendo tu prosa sobre esa PERLA. A veces encontramos en nuestraa senda a personas gratas, son los ángeles que custodian nuestro andar. Bien por la sabidurìa de su abuela, bien por Mercedes que encontro su centro entre personas y la naturaleza. Me ha tocado profundamente. a tocado mi sensibilidad y verdaderamente es una perla tambièn tu relato.
                  Saludos con mi afecto y respeto-

                  • JUSTO ALDÚ

                    Gracias amiga Mirta, se lo dediqué a la compañera Pilar, basado en algunos pasajes de su vida, aunque ella me dice que exageré un tanto. pero lo de su abuela es verdad y también que tiene un gran amor por su pueblo. Creo que lo merece. Total, es un relato no biográfico.
                    Me agrada que te haya tocado la sensibilidad, es lo que intenta todo escritor,

                    Saludos

                  • _Incipiens_

                    Precioso homenaje!
                    Un abrazo.

                    • JUSTO ALDÚ

                      Muchas gracias amigo,
                      Saludos

                    • Lincol

                      Qué relato tan conmovedor y lleno de verdad. Mercedes es un personaje que respira autenticidad y refleja la lucha entre las raíces y el progreso, entre el amor y el deber. ¡Gracias por compartir esta joya narrativa!

                      • JUSTO ALDÚ

                        Muchas gracias, está dedicado a la compañera Pilar, lo puse en la parte superior, basado en algunos pasajes de su vida, aunque ella me comenta que exageré un tanto, jejeje, en fin, creo que a pesar de todo, lo que ha hecho por su pueblo es valioso,

                        Saludos

                      • LOURDES TARRATS

                        Querido Justo,
                        Qué historia tan hermosa has escrito. Al leerla, sentí como si estuviera sentada en la galería de los recuerdos, con un café entre las manos, escuchando cómo el río y el corazón cuentan la misma historia.
                        Mercedes no es solo un personaje: es símbolo, es raíz. Es una de esas mujeres que parecen nacer directamente de la tierra, con toda su fuerza y ternura. Me conmovió mucho cómo la describís: su andar, su origen, su lucha… sin hacerla ni santa ni heroína, sino algo mucho más real y poderoso: profundamente humana.
                        Tu forma de escribir tiene una delicadeza que acaricia sin empalagar. Hay frases que dan ganas de subrayar, no por rimbombantes, sino por lo certeras que son. Esa de “sabía que el amor, si había de llegar, llegaría como llegan las lluvias verdaderas”… qué maravilla.
                        Gracias por recordarnos que no todas las perlas están en el mar, y que a veces la justicia también puede hablar con voz suave, pero firme.
                        Un abrazo grande y agradecido por este relato tan lleno de verdad,
                        —Lourdes

                        • JUSTO ALDÚ

                          Gracias, muchísimas gracias Lourdes por tu lectura y comentario. Si, hay damas muy representativas en sus respectivos pueblos,distritos o ciudades. Pienso que debemos valorar más a los nuestros y no simplemente echarlos a un lado, en fin, es el mundo de hoy,

                          Saludos



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