Ya no somos la forma compartida,
sino dos trazos que se niegan juntos;
y aunque la suma guarde sus asuntos,
cada cifra resuelve su partida.
Fue ardua la lección de la caída.
Aprender que los gestos eran puntos,
que en el papel los mapas eran brutos
y que al destino basta una rendida.
No hay duelo en aceptar lo que separa,
la lógica del mundo es necesaria,
una verdad se afirma cuando ampara.
Así seguimos, recta solitaria,
vos con tu causa, yo con mi palabra,
y el tiempo indiferente que nos para.
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Autor:
Javier. (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 4 de septiembre de 2025 a las 14:44
- Categoría: Triste
- Lecturas: 66
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Offline)
Comentarios3
tus letras poeta son muy definidas
mas siento que es vida ,
gracias por compartir
No hay duelo en aceptar lo que separa,
la lógica del mundo es necesaria,
una verdad se afirma cuando ampara.
Así seguimos, recta solitaria,
vos con tu causa, yo con mi palabra,
y el tiempo indiferente que nos para.
besos besos
MISHA
lg
Que privilegio recibir siempre tus palabras Misha! Gracias por tu voz. Besos
me gusto el poema, y comparto su idea
Gracias Santiago! Me alegro que le haya gustado
Muchas gracias, Javier, por este bello soneto, en el cual es posible vislumbrar que, en su elaborada estructura, nos invita a una reflexión profunda sobre la separación y la individualidad. De esta forma, la metáfora inicial, «dos trazos que se niegan juntos», sugiere una tensión entre la unión y la divergencia, lo cual podría interpretarse como una dualidad inherente a la existencia. Por otra parte, la «ardua lección de la caída» simboliza el aprendizaje doloroso de la realidad, donde los gestos y los mapas se revelan imperfectos. En ese marco, la aceptación de la separación es un proceso que, como bien dice el dicho, «no hay duelo en aceptar lo que separa». Y es que aceptar la separación de manera constructiva nos permite comprender la lógica del mundo, donde la verdad se manifiesta a través de la protección. Considerando esto, las imágenes de la «recta solitaria» y el «tiempo indiferente» resaltan la soledad inherente a la búsqueda individual, guiada por causas personales y expresiones individuales, en un universo que permanece impasible.
Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio
Me honra profundamente tu lectura atenta y el modo en que desarmaste cada pliegue del soneto para darle un nuevo aire interpretativo. Gracias por la generosidad de tu mirada y el afecto con que la acompañás!
Un fuerte abrazo,
Javier
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