Abrí la ventana.
Ya huele a septiembre.
El pueblo, sediento de lluvia,
se tiñe de ocres auroras
que no temen la muerte.
Efímeros racimos son hoy
mosto y pellejo que,
en su último abrazo,
celebran el milagro
del cárdeno líquido.
Bebe, otoño, vino de añoranza.
Deja que duerma la vid
y vuelve a cerrar mi ventana.
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Autor:
Al Socaire (
Offline)
- Publicado: 4 de septiembre de 2025 a las 13:31
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1
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