Los techos
Leonardo Gutiérrez Berdejo
(Poema inspirado en el cuento homónimo del autor y revisado por Copilot GPT AI de Microsoft)
Ahí están, estáticos como piedras,
desde mi balcón los veo, los techos.
Unos relucen como si aún guardaran el sol
en sus costillas de cemento, de barro o de zinc,
otros apenas sobreviven
al viento, a la lluvia, a la costumbre.
Los hay que se creen nobles,
otros fingen humildad,
pero todos esconden algo:
un secreto, una rabia,
un temblor que no se quiere nombrar
Algunos brillan como pavos reales,
con tejas rojas, verdes o
azules como un suspiro al mediodía.
También están los otros:
descoloridos, sin nombre,
como si escondieran algo
o hubieran olvidado lo que un día fueron.
Bajo esos techos sin color
se ocultan silencios antiguos.
No hay gesto ni sombra
que no me hable
de algo que no quiere ser visto.
Sospecho, no sé por qué,
que los habitantes de esas casas
aprendieron a vivir agazapados,
como el miedo, las dobleces,
como la culpa que no se confiesa.
A veces —solo a veces—
quisiera levantar una teja,
asomarme, escuchar,
ver si es cierto lo que imagino.
Pero algo me retiene.
Algo me dice que es mejor mirar a un lado
y seguir inventando.
En las noches más quietas
escucho a los techos hablar entre sí.
Murmuran entre sí,
se cuentan chismes de madrugada
en lenguas de crujido y goteras.
Se envían mensajes de luz,
de sombra, de amor y odio,
de cosas que uno solo intuye
si ha aprendido a oír lo que no suena.
Los techos nuevos susurran sueños,
canciones, versos de amor y castidad,
el crujido dulce de un beso en la oscuridad.
Los otros…los viejos,
los desteñidos, sin rojo, ni azul ni verde,
transmiten un temblor que no es de frío.
Hay uno que dice:
—Aquí lloran en silencio.
Otro responde:
—Aquí se finge rezar.
Uno más cruje y sentencia:
—Aquí se confunde y se conspira.
No hay paz bajo los techos descoloridos,
ni verdad bajo los recién pintados.
Todos saben algo
que nadie quiere oír.
Hay techos que cobijan,
techos que advierten,
de la indecencia, del ultraje,
de la injuria, del que miente.
También están los que se placen
en el odio, la ofensa y en sabotear.
Y aunque a veces quisiera
levantarlos como quien busca aire,
prefiero mirar desde lejos,
con esa ironía que da
el saberme que soy uno de aquellos
que no ponen tejas
sobre su propia sombra.
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Autor:
Leo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 3 de septiembre de 2025 a las 07:58
- Comentario del autor sobre el poema: Basta mirar los techos desde un balcón elevado para que la imaginación vuele hacía ellos. Los demás es creatividad.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
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