ENTRE LA TIERRA Y EL CIELO

Cuando menos lo esperas, debes dejar atrás lo que fue,
recordando aquel abril donde tus manos eran cálidas
y ahora sólo queda el frío de tus alas,
alas que guardo como retrato,
como si hubiera sido hoy la primera vez que te vi
en aquel parque celestial.
Desde lejos sentía que todo sería como arte de magia ante mi alma,
una salvadora de mi maldición.
Aquel corazón muerto resucitó,
todo fue gracias a ella,
que me iluminó con su melodiosa voz.
Sentí que todo lo que perdí en el pasado
lo había recuperado en un segundo.
Ahora me doy cuenta de cuánto perdí,
pero no te preocupes, amor mío,
mi ángel, muy pronto podré abrazarte
y decirte:
Gracias por haberme elegido a mí antes que a otro,
gracias por ser la primera persona
en ayudarme con todos mis problemas,
gracias por ser quien se preocupa por mí
cuando nunca hubo nadie,
y gracias por abrazar mis miedos
cuando los demás me soltaban.