Necesidad de la palabra

Necesito escribir una flor, una nube, el color de la luna,
el monótono canto de la lluvia, la tarde encendida,
el aire rozando sus mejillas y dejando perfumes en su piel.
Unas palabras que digan lo que se muestra a los sentidos,
o apenas el sabor que dejan los deseos inalcanzados.

Necesito cubrir el día de sueños, para no despertar
a una realidad que no puedo abrazar con mi voz reunida.
Y por eso grita en silencio mi ausencia en cada poema,
tratando de recomponer los sellos rotos, dispersos en trozos,
de una incompleta existencia, que intenta ser, cada cuando
escribo con mis ansias una montaña, un río que canta,
una mañana fría que acomoda los cuerpos entre las sábanas.
Tú, yo y todas las cosas que nos rodean, descubriendo
que el tiempo puede permanecer eterno en la palabra,
aunque nada diga, y precisamente sea eso lo que hace
que se pueda reunir el universo en unos versos sibilinos.

Necesito saber que hoy vuelan libres las horas de mis días
y que puedo dedicar el ocio a fructificar mis desvelos,
siendo yo el que me pueda mirar en la palidez de una hoja,
y no aquel que todo el tiempo está huyendo del tiempo perdido,
buscando aquello que le pueda regalar el día para sí mismo.

Necesito descifrar los enigmas que iluminan la imaginación,
pero ponen sombras en el camino que conduce a la iluminación.
Desarmar los muebles en los que descansa la comodidad.
Despellejar el miedo que se me ofrece como una fiera salvaje.
Un trueno en la noche, sin luz ni lluvia que lo acompañe.
Y yo ahí, acostumbrado a estas formas que no dicen nada.
Quizás tiene que morir el día, sin palabras definitivas,
escupiendo los restos de una existencia sin el fulgor de la poesía.
No la que construye torres, y desbroza los altos bosques
para construir reinos de miel, algodón y tibia frescura.
Sino aquella que se recrea todos los días en la pregunta.

Necesito seguir diciendo y para eso tengo la vida, unas palabras,
una hoja desnuda sobre la mesa, varios libros juntos esperándome,
y el sol, que se apagará antes que pueda descubrir que la noche
será la eterna habitación en la que dormirán mis recuerdos.
De cuando la memoria me hizo uno con este cosmos pasajero.