En aquel desván, no un lugar, sino un eco,
donde el polvo danza, un espíritu, no un hueco.
La luz que se filtra, no es sol, es recuerdo,
un haz que despierta el alma que guardo.
Ahí, entre sombras, un velo de tul gris,
los viejos juguetes despiertan la raíz.
Un soldado de plomo, con ojos de obsidiana,
custodia un secreto, una historia arcana.
No es solo un baúl, es un portal dormido,
a tierras que el tiempo ha ya consumido.
Donde un tren de madera, sin vías ni motor,
viaja a la luna cual pírrico descubridor.
Aprendí del silencio, del susurro del tiempo,
que la vida es un ciclo, un eterno intento.
De un libro sin letras, de un eco sin voz,
que el mundo no es mundo es, su creador.
Y en este rincón, donde el pasado es presente,
mi alma se eleva, mi espíritu siente
que no estoy solo, que, en este desván,
hay un universo, una vida, un afán.
¡Un universo de cristal, en la indiferencia sideral ¡
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Autor:
Leoness (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 26 de agosto de 2025 a las 10:54
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 4
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