Renacer Entre Espejos Rotos

Renacer Entre Espejos Rotos 

Me hallé deshecha, sin aliento ni impulso, todo en mí era pedazos.
Tú quebraste mi espejo y el reflejo que creía tener de mí misma.
De los restos que dejaste, ahora nace un nuevo ser que despierta,
y tal vez me confundo o quizás veo con claridad por primera vez.
De aquellos días que juntos compartimos, de tu rostro que amé.

Tu engaño me mostró un camino que no esperaba encontrar,
y hoy me encuentro agradeciendo el valor que sembraste en mi interior.
Dejaste en mí otra visión, un alma renovada y distinta,
una mujer que mira la vida con otros ojos, más sabia y despierta,
que no será igual después de lo vivido, después de tu partida.

Sin este aprendizaje, seguiría soñando con fantasías,
idealizando los instantes breves que a mi lado compartiste,
las muestras de afecto que eran solo sombras de algo más grande,
tus ausencias y esos gestos que pensabas que eran un regalo.
Hoy sé bien lo que merezco, no acepto menos de lo que me corresponde.

No quiero más momentos tristes, ni amores que son solo limosnas,
no quiero migajas de ternura ni de tiempo mal compartido.
Recogeré las palabras que una vez te escribí con esperanza,
las haré polvo y las lanzaré al viento sobre el mar de mis dudas,
y allí quedarás, en lo profundo de mi ser, como un eco lejano.

Intentaré, prometo que lo haré, borrar tu imagen de mi mente,
y si en algún momento recuerdas mi nombre con añoranza,
sentirás que te he soltado, que al fin pude perdonar y seguir.
Era lo que me faltaba para encontrar mi propia libertad,
para cerrar esa puerta y no volverla a abrir jamás en la vida.

Quizás estas líneas aún añoren tu voz, tu tacto o tu mirada,
pero no serán para ti, y tú lo comprenderás con el tiempo.
Tu forma ya no calma mi ser, ni tu olor habita en mi almohada,
mis sábanas no te extrañan, porque he sanado con paciencia y tiempo.
El camino fue pesado, mas las lágrimas lavaron mi herida.

Me estoy sanando, gracias, te perdono… 
Sigue tu vida, sé feliz, adiós.

—Luis Barreda/LAB