Tenía miedo,
el fuego se acercaba
y estaba solo.
Todos se fueron,
vecinos, familiares,
ante el peligro.
Y es que las llamas
del bosque, hasta su puerta
venían raudas.
El aldeano,
curtido de mil luchas,
no se rendía.
Con la manguera,
fachadas y tejados,
él refrescaba.
Con una azada
trazaba, ante sus tapias,
un cortafuegos.
Era un intento,
quizás una utopía.
¡Tenía fe!
Antes, los guardias,
dijeron que el peligro
era inminente.
Que abandonara,
la vida era primero
que las haciendas.
Pero tozudo
y amante de su tierra,
quiso quedarse.
Y así le vemos,
luchando contra el fuego.
¿quién vencerá?
Sé que es difícil,
más creo en los milagros,
mis rezos para él.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/08/25
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Autor:
Pyck05 (
Offline)
- Publicado: 25 de agosto de 2025 a las 03:28
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 1
Comentarios1
Al final siempre tenemos que tener fe en algo o en alguien para seguir, es verdad. Hermosa obra. Saludos.
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