Francia, primeros de agosto. Cinco imbéciles deciden hacer un maratón en una plataforma digital de visualizaciones en directo. Uno de ellos acepta el papel de monigote, sometiéndose a un constante trato vejatorio, en el que se incluyen golpes o ser rociado de pintura: es el cebo morboso para atraer cucarachas al otro lado de las pantallas, que invierten su dinero para relamerse con la violencia, como en Roma se gozaba viendo leones devorando a hombres o en la Edad Media se congregaban multitudes para pasar un domingo en familia, presenciando una o varias ejecuciones públicas.
La interminable emisión en directo comienza según lo previsto. El monigote es vapuleado y sometido a maltratos desde el minuto uno, lo que ayuda a que una plaga de cucarachas cada vez mayor se vaya sumando al premio de las visualizaciones. Se trata de una simbiosis que beneficia a las tres partes: Por un lado, las cucarachas se divierten ante el macabro espectáculo, y a veces incluso les parece suave, pidiendo a los imbéciles que le arranquen una muela al monigote con unas tenazas, o de lo contrario dejarán de gastarse su dinero en verlo. Por otro lado, los imbéciles, alentados por las cucarachas, van aumentando la intensidad en la fuerza aplicada a los golpes sobre el monigote. Los cinco sueñan con atraer a millones de cucarachas para poder permitirse una vida de lujo, reservada solo para magnates y futbolistas. Por último, la plataforma digital también se frota las manos, mientras va cortando su parte del pastel cucarachero.
Pasan las horas y todo va sobre ruedas. Las cantidad de visualizsciones adquiere la consideración de plaga, pero a partir del día 10, algo denota que el circo se les está yendo de las manos. El monigote se pone frente a la cámara para hacer un llamamiento desesperado. Se dirige a su madre, diciéndole que se siente secuestrado y necesita escapar del tormento. Es denasiado tarde. 2 días después, pierde la vida en directo mientras duerme. Uno de sus tortutadores, al ver que ya no responde a las vejaciones, se percata de que algo ha fallado, se scerca a la cámara y corta la emisión.
La sociedad francesa está indignada. No comprenden como ha podido suceder algo tan terrible, que no encaja en los preceptos morales de una sociedad occidental tan civilizada. Y mi análisis ético me lleva al temor. No por la actitud de ninguna de las partes, ya de por sí terroríficas, sino por el hecho de que la noticia no me haya sorprendido en absoluto. Como si se tratara de un inevitable paso más en la historia del alcantarillado digital. Lo próximo, un directo ininterrumpido de la autopsia, el velatorio y el entierro. Todo sea por unos likes.
-
Autor:
Trastornado MC (
Offline)
- Publicado: 24 de agosto de 2025 a las 07:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.