Mareas
(Doliente Condena)
Sumerjo mi alma en mareas convulsas,
ciega visión que persigue mi dios;
mi sangre estalla, se torna en cenizas,
mientras un silencio voraz devora mi voz.
A veces camino contra corriente,
relámpagos nacen de cada suspiro;
el suelo se borra, sendero doliente,
mientras en ese horizonte de sombras, respiro.
Salto y me hundo en mi propio cansancio,
me ahoga el aliento de un sol desbocado;
un mar sin orillas me abre su espacio,
un mar sin estrellas.
Vacío… Cerrado.
Me impulsa el olvido cansado de un muerto:
muero y respiro, respiro muriendo;
pues sobre mi umbral de recuerdos inciertos,
es donde solo la nada conserva su aliento.
Aquí nace, dulce, la eterna fatiga
de remar sin puerto, sin dios, ni respuesta,
en un vacío que nunca se frena,
sin norte, sin piel, sin perdón, ni ironía.
Para ti…
mi dulce, adorable, doliente condena.
-
Autor:
Isidora Luna (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 23 de agosto de 2025 a las 20:02
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: Carlos Armijo Rosas ✒️
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.