Dunia de los Ángeles
Cuando ríes, el cosmos se alinea en mi ser,
como un sol que disipa la sombra sin querer,
esa risa tuya, brisa que sabe sanar,
borrando mi gris, regalando un nuevo andar.
Mi amor tiene un hogar fiel en tu latir,
pase lo que pase, tú nunca vas a partir.
Un lugar en mí que nadie ocupará,
porque lo nuestro es destino, no casualidad.
Aunque cambie el mundo y también la ciudad,
siempre serás mi rincón de paz y de verdad.
Lo que me das no es fácil de hallar,
cuidar sin invadir, amar sin dudar.
Sin condiciones, tu manera es luz en mi piel,
sólo por eso mi alma se queda en tu laurel.
Agradezco siempre al cielo y su bendición,
por tener tu amor, por esa elección.
Amarte fue natural como respirar,
sin máscaras, sin miedos, me dejé encontrar.
Como si el tiempo exacto nos llegó a unir,
y el amor genuino se decidió compartir.
Nuestro amor no grita, se siente en el mirar,
en pausas sutiles, en la luz de soñar.
Se ilumina el alma con la simple conexión,
es amor de verdad, sin falsa exhibición.
Y así, Dunia, en este verso quiero dejar,
que en ti mi mundo quiere siempre anidar.
Que nuestro amor, fuerte, fluya sin final,
compás de dos almas en un solo ritual.
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Autor:
Edgardo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 21 de agosto de 2025 a las 08:21
- Categoría: Amor
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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