Mi juventud quedó pegada en una cancha, mi adolescencia jugando baloncesto. Mis ojos volaron hacia un libro viejo y mis párpados desde hace años... no se han abierto.
A tientas voy por los senderos del misterio, husmeando sin respuesta entre retratos viejos. Amontonando penas y húmedos recuerdos por el jardín que ayer escondieron sus sueños.
Y ahora tengo canas, uso gafas y camino lento, hablo con un acento ligeramente extranjero y cada noche en mi soledad los veo en sombras, despierto, llamándolos como lo hacía en otros tiempos buscando aromas y la seda oscura de sus cabellos. Pero no están... y llevamos siempre sus recuerdos atado al cuello.
Esta semana es su semana y sin contener las lágrimas les pido que la paz lograda junto a Creador, la pasen a los que estamos en estos tiempos.
Feliz cumpleaños Pá y Má!
Les deseamos tus hijos y nietos!
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