No me importaría esconderme mientras alguien me busque,
si en la sombra descubriera una pista de mi propio silencio.
Aún así me seguirá molestando ser encontrado,
como si la luz fuera un espejo que me devolviera el cansancio.
Creo que es parte de mi naturaleza, quejarse porque sí o porque no,
la cosa es hacerlo sin llevar nada a cabo.
Un eco que no se atreve a nacer, una coraza que late en secreto,
y el pulso de alguien ajeno que me recuerda que aún late para otros.
Años atrás no me hubiese detenido en la vereda por esos polluelos,
hoy lo veo solo porque no despego mis ojos del suelo.
Mantengo la atención en el aire, quién me dice el nombre de las cosas sin filtro, para descubrir lo que es sentir más por el mundo que por mí.
En el mañana continúo mi camino, sin extrañar los rostros de quienes me hacen sentido,
y el mapa de sus corazones son refugio en los que sigo perdido.
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Autor:
Sebastián Joel (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 20 de agosto de 2025 a las 21:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Annabeth Aparicio, mauro marte, WandaAngel, Roberto D. Yoro, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez
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