Pasaron los inviernos, uno a uno,
cómo hojas que caen y se pierden,
Ella con paso lento,oportuno,
buscando memorias que lo recuerden.
Su pelo con el color de los años,
sus manos, mapas descoloridas,
sus ojos, baúl de aquel daño,
con el brillo del secreto en sus vidas.
Y un día lo vió a media plaza,
mismo andar, pero más sereno,
el tiempo guardó su mirada,
media sonrisa en un rostro moreno.
El la vió, no hubo sorpresa,
el tiempo lo llamaba al fin,
paso firme,tierno, sin promesa,
se sentó a su lado viendo el jardín.
Ha llovido bastante en la vida,
dijo con voz grave sin rencor.
Ella evocando el pasado sonrió,
y en su cuerpo resurgió aquel ardor.
Pensé no volverte a ver nunca,
pensé en ti, más que en mi piel,
y en medio del silencio y de la culpa,
Sonrieron como imberbes otra vez.
No hablaron del deseo, ni del beso,
ni de las noches de calor,
solo del amor intenso,
oculto en su interior.
El tomó su mano, sin palabras,
ella sintió nada fue un error,
hay llamas que no mueren al alba,
y amores que envejecen sin dolor.
Águila Solitaria
Di no al plagio
derechos de autor ®
05/08/2025
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Autor:
Águila Solitaria (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 20 de agosto de 2025 a las 09:41
- Comentario del autor sobre el poema: Septima parte de una serie de poemas donde juntas cuentan una historia
- Categoría: Amor
- Lecturas: 2
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