Anita, era la suplente del monitor de gimnasia, al cual sus alumnas adoraban.
Más que ejercitarse, era punto de reunión de comentar entre pierna derecha e izquierda algo que les había sucedido en el día.
El monitor,tenía su carisma su simpatía, llevaba que cuando Anita lo suplantaba, la clase se redujera a la mitad o menos.
Habitualmente, miro a la de adelante, la primera fila generalmente hacen los ejercicios como corresponde.
Mientras que estaba estaba preocupada por las pantymedias, con agujero y un poco colgada.
Dicen de los varones, que no pueden hacer dos cosas a la vez. ...Así que si es por eso, soy uno de ellos....
Cuando fuimos a la colchoneta, los ejercicios ya me parecían más relajados, es más si fuera por mí, los hacía todos en horizontal.
Anita, se había tomado muy en serio su suplencia y veía que cada una hacía cualquier cosa.
Estábamos acostumbradas al monitor, él marcaba los ejercicios y cuando oíamos un pitido dentro de la misma música, sabíamos que teníamos que pasar el siguiente.
Estando en el piso, vino a corregirme la postura, muy dulce, pero luego me confundió su actitud.
Terminada la clase, me dirigí al vestuario y pasando por la sala de aparatos, Anita me agradeció, como le había contado las costumbres de como realizaba la clase Marcelo.
Sin embargo, le vi unos ojos sospechosos, de una mujer que mira a otra. No fue la primera vez que me ocurre esto, por lo general huyo, continúo como si nada hubiera pasado, pero no deja de incomodarme....
(rosi12)
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Autor:
rosi12 (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 18 de agosto de 2025 a las 08:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: crisantemo, Scarlett-Oru, Roberto D. Yoro, Lualpri, Salvador Santoyo Sánchez, Josué Jaldin, Mauro Enrique Lopez Z., Rafael Escobar, Pilar Luna
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