Sin Ataduras

Sin Ataduras

Te ofrezco compartir mi camino sin exigirte pasos firmes,  
solo caminos que se unan cuando el destino los permita,  
bajo la luna que ilumina sin pedirle que brille eterna,  
juntos sin cadenas, libres como el viento en la pradera,  
sin más promesa que el ahora, sin cláusulas ni fronteras.  

Quiero que sientas mi risa sin forzar tu alegría,  
que escuches mis silencios sin llenarlos con palabras,  
que hablemos de tormentas sin temer a la lluvia,  
que sigas tu rumbo aunque a veces se incline al mío,  
sin que el amor sea peso, sino alas compartidas.  

Te pido que mires las estrellas si tu corazón las anhela,  
sin que debas contarme qué secretos te susurran,  
que dances al ritmo que tu alma te indique,  
aunque a veces nuestros pasos no marquen la misma huella,  
porque el cariño no ata, sino que abraza sin prisa.  

Voy navegando en mi barca, sin exigirte que remes,  
solo que comprendas que a veces el mar me agota,  
que me des tu refugio cuando la noche se vuelva fría,  
sin que eso signifique que debas ser mi faro,  
solo un puerto momentáneo donde descansar la memoria.  

Te muestro mis cicatrices sin pedir que las cures,  
solo que no juzgues las batallas que no viviste,  
que leas mi historia como un libro abierto,  
sin que tengas que subrayar los párrafos que te conmueven,  
porque el pasado es mío, pero el presente nos une.  

Te canto una canción que no tienes que repetir,  
solo déjame entonarla cuando el alma me lo pida,  
sin partituras fijas ni melodías obligadas,  
que tu oído la escuche si quiere escucharla,  
y si no, que el silencio también nos acerque.  

Te abro las puertas de mi mundo sin decorarlo por ti,  
con sus grietas y flores, tal como lo he construido,  
sin que sientas que debes habitarlo completo,  
solo pasar cuando tu corazón te lo diga,  
y marcharte sin culpa si ya no es tu sitio.  

Te propongo soñar, pero no mis sueños,  
que tus metas no se mezclen con las mías por fuerza,  
que volemos en paralelo, no en la misma corriente,  
uniéndonos en el aire cuando el viento nos lleve,  
sin jaulas de por vida, solo alas en libertad.  

Te digo "aquí estoy" sin reclamar tu respuesta,  
que mi voz no sea un eco que debas devolverme,  
que el cariño no sea deuda, sino un regalo sincero,  
que no midas el tiempo que me dedicas,  
solo que, cuando estés, sea real y sin miedo.  

Te invito a amar sin manuales ni fechas de caducidad,  
sin que "para siempre" sea una condena escrita,  
que cada día sea nuevo, sin ataduras de ayer,  
dos almas que se eligen sin perder su esencia,  
porque el amor más puro no pide, solo ofrece.

—Luis Barreda/LAB