Fin
La tímida caricia de la sombra sobre tu desnudez,
tu cuerpo relajado…suspendido en el embeleso del encanto,
mi frenesí…castigado,
impedido de poder rozar tu blanca tez,
solo toca conformarme con constatar…
como tu belleza se derrite de placer.
Las ganas de ti…a punto de explotar,
sin poder siquiera acercarme a mirar.
Un tul transparente se abanica en la ventana…
al ritmo de la brisa del litoral.
La persiana abierta…dejando que la luna curiosa…
se deleite con tan divino manjar.
La sinfonía de la marea allá afuera…
le pone armonía a tan celestial momento,
abundante de ansiedad.
Si tú supieras lo que provocas,
tal vez tendrías piedad,
no te expondrías a alocarme las neuronas,
y esconderías tus atributos…
para que yo no desfallezca de impotencia…
ante tan exuberante muestra de hermosura y exquisitez.
Si tuvieras un poquito de compasión…
me permitirías contemplar cómo te agitas al respirar,
y como te mueves sobre las sábanas de lino…
que te envuelven de un hechizo…
convirtiéndote en una delicia sobrenatural.
De tanto imaginarte estoy a punto de estallar,
ya no tengo control de mi desvarío,
voy a cometer una torpeza…
ya no me importa el destino,
solo quiero cumplir mi mayor codicia,
atraparte entre mis brazos…
y no soltarte hasta entregarte toda mi pasión.
Te voy a llevar a mi mundo de éxtasis total,
de donde no podrás escapar.
Te voy a regalar todos mis besos,
regártelos en todo tu ser…
hasta oírte gemir… “ya no puedo más”.
Quiero ser la sombra que acaricia tu desnudez,
y quedarme tatuado en tu piel…
para convertirme en el más impetuoso latido de tu corazón.
Quiero ser tu más ardiente pensamiento,
tu más sublime sensación.
Déjame ser…
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Autor:
El Gitano de los Versos (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 18 de agosto de 2025 a las 00:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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