Ahora que ya estoy muerto,
de mi ánima complacido
me he liberado, y he bebido
vino hasta caer de espanto.
Y sea Dionisio o Baco,
bien el dios romano o el griego,
a quien brindo con apego
este néctar paradisiaco.
Lo excelso de ser espíritu
es carecer de resaca
en la mañana más seca
y así beber con más ímpetu.
En el allá me divierto,
con los lujuriosos dioses,
sin devociones ni poses
ni píos rezos de adviento.
La vida buena no acaba
si la ambrosía se bebe,
y el alma libre se atreve
al placer que se negaba.
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Autor:
Salva Carrion (
Online)
- Publicado: 16 de agosto de 2025 a las 10:15
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1
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