Tu voz es un claro río
que atraviesa la mañana,
mi memoria se engalana
con su cauce tibio y frío.
En su murmullo confío,
es la brújula encendida,
la nota jamás perdida,
que me salva en la tormenta;
es música que alimenta
la raíz de mi propia vida.
Tus ojos, cuando me miran,
tienen un rumor callado,
como un faro iluminado
que en la penumbra respiran.
Dos campanas que suspiran
al compás de mis latidos,
portadores de sentidos
que no se escriben con tinta;
solo el alma los pinta
en cuadros desconocidos.
El eco de tu andar lento
camina sobre la casa,
y hasta el silencio se abraza
a su dulce movimiento.
Es un danzar del momento
que mi pecho memoriza,
un compás que eterniza
la paz que a mis muros llega;
y en cada paso se entrega
un beso que no se avisa.
Tu aura, luz que amanece,
abraza rincón y muro,
y me da el calor seguro
que en mis huesos permanece.
Es la fe que me estremece,
es la llama que no engaña,
es el hogar que acompaña
al sonido de tu canto;
y en él descanso mi manto,
porque tu amor lo acompaña.
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Autor:
Loiiz. (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 15 de agosto de 2025 a las 12:47
- Comentario del autor sobre el poema: Aura..
- Categoría: Amor
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, Mauro Enrique Lopez Z., Salvador Santoyo Sánchez, FRANCISCO CARRILLO, ElidethAbreu
Comentarios1
Ese sonido es la vibración del interior que necesita ser expandido con fuerza hacia lo universal del pensamiento.
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