Si por casualidad en algún momento de tu vida te crees importante en algo, recuerda siempre que tan solo eres un Alma llevando un cadáver a cuestas.
Mi voz es río que no duerme,
que corta el aire como un cuchillo de nácar.
En la plaza donde bailan las sombras,
se alza la noche sin rumbo,
desafíando las estrellas que guardan el secreto donde llora la fuente,
Mi verbo se enreda en un grito indiscreto.
Hablas cuando el luto pide silencio,
cuando la muerte teje su manto en la vega y el olivo murmura su rezo violento.
Mas no reniego de ti, palabra mía,
aunque seas espina en mi carne morena.
Porque eres la sangre que canta en mi herida, el relámpago vivo de mi pena.
En la sombra de los olivos torcidos,
donde el duende despierta con ojos de brasa, llevo mi don, mi cruz, mi voz sin reposo, puñal que reluce en la noche muy oscura.
Miré al Abismo, vi su vacío,
y el Abismo me miró, entonces vi
la nada negra como el fondo de un pozo donde el duende se ahoga en lamentos mudos.
La nada devora mis sueños.
Nadie vive la vida que soñó,
esa danza de fuego en patios de cal blanca, donde el amor es un viajero como el Viento.
¡Oh, sueños traicionados por el tiempo cruel!
Miré al Abismo, y en su mirada fría,
encontré mi voz, mi cruz, mi eterna pena la vida no soñada, pero vivida en llamas altas.
Mael Lorens
Agosto 2025
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Autor:
Mael Lorens (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 13 de agosto de 2025 a las 13:05
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 4
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