El Dios Tláloc es culpable

Gonzalo Ramos Aranda

El Dios Tláloc es culpable
del encharque citadino
dice el "gobierno" ladino
sin hacerse responsable
del abandono palpable
a infraestructura y servicios
por los consabidos vicios
de que no hay la previsión,
mantenimiento y prevención
debidos de ahí los perjuicios.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 10 de agosto del 2025
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)

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Comentarios2

  • MISHA lg

    somo un pais que culturalmente
    coopera con todo ello, el crecimiento demográfico , es algo increible,
    más la infraestructura deteriorada y mal atendida
    pues obvio son las inundaciones , todo lo que con ello conlleva
    tan hermoso mi pais tan mal tratado

    gracais por compartir poeta
    bella tarde para ti
    besos besos
    MISHA
    lg

    • Gonzalo Ramos Aranda

      Gracias a ti, MISHA Ig; la CDMX es un verdadero "desmadre" (perdón); lo peor es que el año que entra vamos a ser sede del Mundial de Fútbol... Se van a juntar el desastre citadino, la crisis financiera, la inseguridad, la carencia de servicios públicos, la inflación, el desempleo, etc. Todo así para recibir a los visitantes... Va a ser de vergüenza. ¡Pobre México y pobres de los mexicanos! Y la gente en la inopia. Saludos afectuosos. Que sigas estando bien.

      • MISHA lg

        asi es poeta .... esperemos que nos comportemos por lo menos mientras dura el mundial
        bella noche para ti
        .

      • Nkonek Almanorri

        En esa América aún colonial - México incluida, naturalmente - no hubo nunca Independencia ni solución a ninguno de los problemas que dejaron los colonialistas occidentales y quienes trataron de crear nuevas estructuras políticas, económicas y sociales se dieron cuenta de que todas aquellas arengas en favor de democracias y derechos sociales iban en contra de ellos mismos, los no naturales de país ocupado, por lo cual incluso hoy la Guerra Cristera fue en definitiva un fraude, otro.

        Pensar en un Mundial de Fútbol con un país en el estado y las condiciones en que está es ser cómplice y colaborador del mal que arrastra, no importa que lo organice este Gobierno, el que estuvo antes o el que sea: es ahondar en la miseria que todas las instituciones mexicanas, de antes y de hoy, han creado. Cuando uno se adentra en las novelas de Juan Rulfo, Carlos Fuentes o incluso en la poesía y los ensayos de Octavio Paz descubre todas las maldades de una sociedad que sigue fiel aquel Dios de los colonizadores y ahora de sus descendientes; uno mira, desde la distancia - no tan lejana -, y se sumerge en esa realidad impuesta y acaba siempre preguntándose ¿En qué momento de mierda se jodió aún más México?. Al final uno acaba convenciéndose de que nunca en ningún momento ese país ha estado fuera de aquella jodienda que significó el colonialismo español, al contrario: una vez se fueron o los expulsaron se convirtieron sus mandatarios, todos, en los peores colonialistas. Fueron ustedes, los mexicanos, tan cobarde que aún hoy no reconocen que fue un español Joaquín Murrieta, el que vendiera parte de su país a ese gobierno fascista del Norte y con el que tanto colaboran.



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