Era un caluroso día de verano.
Tú, como cada día, habías estado trabajando arduamente bajo un sol abrasador.
Estabas agotado. Tu corazón latía fuertemente.
De repente, caíste sobre la hierba, jadeando, sin resuello.
Aun así, intentaste levantarte.
Pero no pudiste.
Yo estuve a tu lado, impotente, llorando despacio para no molestarte, para que no notaras mi preocupación.
La gente pasaba, nos miraba, algunos con pena, otros extrañados, y todos seguían su camino.
Yo te acariciaba, te acariciaba.
Sobre tus crines había gotas de sudor que se resbalaban e iban cayendo a lo largo de tu hermoso pelaje, formando perlas transparentes que, a modo de lupa, resaltaban tu precioso color marrón.
Tu disnea era cada vez más evidente, llevándote a una fatiga que debilitaba tu agotado corazón.
Fue oscureciendo. Y llegó el frío de la noche.
Las gotas de agua, producidas por tu transpiración,
, se convirtieron en cristales cortantes como cuchillos.
Fue, entonces, cuando exhalaste tu último suspiro.
Tus jadeos desaparecieron.
Yo rompí a llorar, abrazándote, mientras acariciaba tus hermosas crines.
Tú estabas tranquilo, dando la apariencia de que estuvieras durmiendo..
El agotamiento que me produjo tu pérdida, me indujo al sueño.
De repente, me despertó un destello de luz y te vi ante mí.
Ya no tenías ese aspecto de caballo exhausto.
Tu pelaje tenía un brillo extraordinario.
Estabas radiante y te movías con una agilidad que no conocía.
Observé con extrañeza, que tenías dos alas,
Abrí y cerré los ojos varias veces, creyendo que era una ilusión. Pero acabé admitiendo que eras real.
Allí, en lo alto, había otros caballos, que tenían alas similares a las tuyas y te estaban esperando.
Ya estaba amaneciendo. El sol iba abriendo paso entre las nubes poco a poco.
Tú te volviste hacia mí. Levantaste tus patas delanteras, relinchaste alegremente, como diciendo que todo estaba bien, y te uniste a los otros caballos.
Os vi volando felices entre los rayos del sol rodeados de un azul intenso, como si estuviera observando un lienzo en un museo imaginario.
Abajo, quedé emocionada mirando vuestro vuelo y vuestros alegres relinchos. Os volvisteis a mirarme moviendo vuestras cabezas, a modo de despedida, y os alejasteis volando.
Yo os seguí con mi mirada mientras ascendíais cada vez más alto, más, más…
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Autor:
Nelaery (
Offline)
- Publicado: 12 de agosto de 2025 a las 14:46
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 56
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Salva Carrion, Furtivo, Hernán J. Moreyra, Santiago Alboherna, Mauro Enrique Lopez Z., Pilar Luna, Annabeth Aparicio, Josué Jaldin, alicia perez hernandez, JUSTO ALDÚ, MISHA lg, LOURDES TARRATS, EmilianoDR, El Hombre de la Rosa, Lucía gómez, pasaba, Freddy Kalvo, Emilia🦋, Andy Lakota👨🚀, 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, Oliver Mixi, noblepoeta, racsonando, Antonio Miguel Reyes, Roberto D. Yoro, Llaneza
Comentarios13
Nelaery
Fascinante prosa poética con un profundo sentido de pérdida y trascendencia. El relato es un diálogo íntimo entre tu y un caballo (símbolo de voluntad y trabajo), describiendo de forma conmovedora el final de su vida y la posterior ascensión del animal a un plano etéreo.
El texto se divide en tres partes clave:
El desenlace terrenal del caballo agotado por el desfallecimiento físico, lleno de metáforas adecuadas
La transformación y despedida que conlleva la muerte, imaginada como un sueño. Al despertar, el caballo no ha desaparecido, sino que se ha transformado en un ser etéreo.
El adiós y la eternidad. El caballo se une a otros en el cielo. El "más alto, más, más…", sugiere que el recuerdo y el amor perduran más allá de la vida.
Es una prosa muy bella que transforma una situación de dolor y pérdida en una meditación sobre la hermosura de la vida, la inevitabilidad de la muerte y la esperanza de una existencia trascendental.
APLAUSOS
Un beso
Muchas gracias por tu amable comentario, poeta Salva.
Es mi forma de explicar que la vida no acaba con la muerte., que trasciende a otros planos.
🦋🦋🦋
Hola estimada Nelaery, muy lindo poema, relato de trascendencia más allá de la muerte. Gracias por compartirlo poetisa. Un cordial abrazo
Muchas gracias a ti por leerlo y comentarlo.
Es verdad.
Para mí la vida trasciende des puéd de la muerte.
Un cordial abrazo.
Precioso, me ha emocionado, transmites mucho con la escritura, eres muy buena, un abrazo.
Muchas gracias por leerlo y comentarlo.
A mí tambièn me gusta cómo escribes.
Un abrazo, Pilar.
Muy bella prosa, mi querida poetisa. 😄🖖
Muchas gracias por leerlo y por tu comentario, poeta Josué.
La atmósfera late entre la agonía del agotamiento y la esperanza etérea de la trascendencia, como un crepúsculo donde la muerte se convierte en vuelo. La imagen del caballo, herido pero noble, y su transformación en criatura alada, es una metáfora poderosa de la liberación final y el encuentro con lo sublime. La progresión desde el sol abrasador al frío de la noche y, finalmente, a la luz del amanecer, construye un arco simbólico de renacimiento que abraza lo místico sin perder la ternura humana. Interesantes imagenes nos planteas.
Saludos
Muchas gracias por tu detallado comentario, poeta Justo.
Es tal como dices.
Hay una sucesión de sentimientos hasta el final, donde el caballo trasciende al Paraíso.
Que pases un buen día amiga.
Te deseo lo mismo.
tristes tus letras poetisa por la perdida
gracias por compartir
Fue oscureciendo. Y llegó el frío de la noche.
Las gotas de agua, producidas por tu transpiración,
, se convirtieron en cristales cortantes como cuchillos.
Fue, entonces, cuando exhalaste tu último suspiro.
besos besos
MISHA
lg
Muchas gracias por leerlo y comentarlo, querida poetisa Misha.
Besos.
Querida Nelaery,
Tu relato me tocó el alma. Has logrado convertir el dolor en un lienzo de ternura y luz, donde el adiós no es una pérdida, sino un vuelo hacia la libertad. Sentí tu impotencia, tu amor profundo, y ese sentimiento de esperanza que se eleva con las alas de tu caballito. Es un homenaje conmovedor, que nos recuerda que quienes amamos no desaparecen… simplemente aprenden a volar más alto.
Quizás tu caballo y mi perrita Tiffany —quien recientemente murió y me dejó un vacío tan inmenso— nos estén mirando y brincando de nube en nube, felices en su paraíso.
Me uno a ti, amiga, en tu dolor, y recojo tus lágrimas junto con las mías en un frasco de cristal transparente, para que allí se conserven como perlas de amor eterno que algún día, cuando nos reencontremos con ellos, podamos devolverles en forma de caricias.
Un abrazo fuerte y mucho cariño.
Lourdes
Muchas gracias por tu comentario y la empatía que muestras en él, poetisa Lourdes.
Como dices, ojalá nos encontremos con ellos cuando lleguemos allá.
Poeta Nealery, qué bonito te ha quedado tu poema. Es un cuento muy detallado y calza muy bien con tu estilo.
Saludos 👋
Muchas gracias por leerlo y por tu amable comentario, poeta Emiliano.
Precioso tu genial versar estimada poetisa y amiga bilbaina Nelaery
Un abrazo desde Torrelavega
El Hombre de la Rosa
Muchas gracias por leerlo y por tu amable comentario, poeta Críspulo.
Un abrazo.
Muy triste y sinceramente traduce tanto amor que esto pareciera despeinar lo negativo y ver salir luces de cada hilacha de su pelaje.
Un abrazo 🤗
Muchas gracias por tu amable comentario, Pasaba.
Tienes razón. Quise tansmitir ese contraste de sentimientos, y que, por encima de todo, está la luz.
Un abrazo🤗
Pues un poema logrado y refinado. 🤗
Muchas gracias por tus palabras, Pasaba.
Ten un buen día.
🤗🤗
Excelente narrativa, muy nostálgica.
Un abrazo fraterno mi estimada Nelaery.
Muchas gracias por tu amable comentario. Sí es nostálgico, pero, al final, el caballo encuentra la felicidad.
Un abrazo fraterno, Freddy.
No sé si el relato sea ficticio o derivado de alguna vivencia personal, pero yo me vi reflejado en mi propia experiencia con un gato muy especial que tuve, y debo decir que este poema en prosa me conmovió profundamente...
Gracias por compartirlo.
Muchas gracias por tu comentario, poeta zoluvet Mixi.
Siento lo de tu gato. A mí me ha pasado con otros gatos y un perro que tuve.
Este relato está basado en un sueño que tuve.
Pero hay rasgos de experiencias con mis animales muertos.
Mueve el sentimiento dolor y pena, pero tu relato trasmite odas de satisfacción por el final apoteósico con el que cerraste el poema.
Felicidades
Un abrazo.
Así es.
Me emciona el final al ver feliz al caballo junto con sus compañeros.
Muchas gracias por tu comentario, Antonio Miguel.
Un abrazo.
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