Dos almas, un destino eterno

EDGARDO

Dos almas, un destino eterno
I
No sé en qué vida te amé primero,
ni en qué rincón del tiempo te soñé,
solo sé que al mirarte, corazón sincero,
enteramente mi alma a ti se entregó.
II
Fuiste la pieza que por siempre faltó,
la voz que mi silencio comprendió,
dos almas perdidas que el universo unió,
en un susurro suave que el cosmos dictó.
III
No importa cuántos inviernos pasaremos,
ni cuántos caminos ya han quedado atrás,
hay amores grabados que en la piel llevaremos,
unidos por hilos que nadie puede cortar.
IV
Eres tú, sin duda, la luz de mi mañana,
el reflejo que habita en mi más profundo ser,
mi origen, mi historia, mi eterna campana,
la razón por la que he vuelto a florecer.
V
Mis huesos recuerdan cada beso tuyo,
la piel siente el calor de tu tierna voz,
un amor que rompe todo tipo de muro,
que resuena por siempre a través de los dos.
VI
Tu presencia me ancla, me da la certeza,
que el destino nos tejió en un único lienzo,
una misma historia, pura, sin impureza,
que en cada latido mi alma de nuevo te pienso.
VII
Ya no hay final, ni principio, ni miedo,
solo este presente que juntos vivimos,
dos almas que se encuentran, un claro credo,
un destino que juntos, por siempre, escribimos.

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  • Autor: Edgardo (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 9 de agosto de 2025 a las 09:09
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 11
  • Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Sierdi
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