Capítulo azul

A riesgo de sonar farsante,
quiero expresar esta mirada constante.
He abierto un libro y descrito sus capítulos,
memorizado el final
y entendido el ritmo.

Pero dar el paso es distinto:
comienzas a andar,
como en las nubes queriendo reinar.
Eventualmente lo haces,
un triunfo se da
y quiza otro por aquí y por allá.

Pero sin duda llegará,
ese giro que inevitablemente
te botará.

Si antes eras flujo,
hoy te estancas en la hierba.
Pasa el tiempo e incluso te secas
en una grieta.
El tiempo se derrite,
te permite mirar e inmiscuirte
en los fragmentos más pequeños
e intrascendentes,
queriendo encontrar la razón
que te vuelva presente.

Y quizá vuelvas:
verás la verdad por lo que es,
y aceptarás,
refunfuñando un poco
tus brazos estirarás,
sin encontrar razón alguna
kilómetros dejarás atrás.

Dimensionando un poco,
todo se vuelve un polvo de estrellas
pues es un límite en que abandonas una galaxia
y llegas a una espiral en formación
o en decadencia,
y volverás a ver algo allí,
quizá un pálido punto azul
donde abrirás un pequeño libro,
un nuevo capítulo asumido sin pena.

Cuando zarpes sabrás,
que te aventuras a ciegas,
no importa: las heridas cierran.