LUZ MINIMA

Carlos Brid

Veo distante un valle de cruces

y escucho un réquiem que presumo mío

es que luchar con mis vivencias

es como navegar entre sargazos

y luchar contra un espantapájaros

que se parece a mí cuando me toco.

Leer al fin del camino el mismo final

cada día, cada llanto en soledad

y antes, mucho antes de emprender

transitar el sendero que se hizo huella.

Sentir a sus costados el miedo primigenio.

la blandura de mis creencias cuando angustiado,

solo vea iglesias tapiadas

una estatua carcomida

un verde oscuro y húmedo

y la hiel que asome a mi boca.

Solo un pequeño sol anunciado

impedirá que mi aire siga resistiendo

estas ganas de cruzar la frontera.

Un diminuto ser que no sabe de milagros

que traslada la sangre nueva de los eriales

que impide que mi voz y mis sentidos

no se estrellen en los acantilados

y me levante con un halito de fe

para no morirme, para que me conozca

para que entienda la importancia de su llegada.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.