TODA TÚ ERES HERMOSA

Toda tú eres hermosa

(Inspirado en Cantares 4:7)

Toda tú eres hermosa, amada mía,

y en ti no hay mancha.

Así lo susurra mi alma cuando te mira,

cuando el tiempo se detiene

en la contemplación de tu ser,

cuando hasta el silencio parece adorarte.

Eres el amanecer que rompe la noche,

el perfume que queda en el aire

después de la lluvia sobre los campos.

Cada gesto tuyo es melodía,

cada palabra un río que me sacia,

cada mirada un descanso donde reposo mi cansancio.

Amada mía,

eres el jardín donde florecen los días,

el templo donde la presencia de Dios habita.

En ti no hay mancha,

porque fuiste creada con delicadeza,

con manos que conocen la perfección,

con el amor eterno que no entiende de límites.

Si el mundo te juzgara,

yo lo haría callar,

porque quien te conoce sabe

que llevas luz hasta en tus sombras,

que tu alma es espejo donde se refleja el cielo.

Toda tú eres hermosa,

amada mía,

y si pudiera,

te cubriría de versos como un manto,

para que nunca olvides

que eres la obra más bella

que jamás vio la creación.

Cuando tus pies tocan la tierra,

los caminos se bendicen.

Cuando tu voz nombra mi nombre,

la soledad huye y el invierno se convierte en primavera.

Y cuando me miras,

amada mía,

entiendo por qué el universo existe:

para encontrarte.

Toda tú eres hermosa.

Y yo, humilde y asombrado,

solo puedo adorarte con mis palabras,

guardar tu esencia como un secreto sagrado,

y recordar siempre,

como lo dijo aquel antiguo canto:

"Toda tú eres hermosa, amada mía,

y en ti no hay mancha."